La iluminación es un aspecto clave en nuestro hogar, ya que, aunque a veces nos olvidemos de ello, juega un papel muy importante a la hora de crear un ambiente acogedor. Existen múltiples maneras de iluminar una casa, pero hay veces en las que descuidamos por completo la manera de hacerlo y el resultado, aunque funcional, no es especialmente hogareño. Contar con una luz adecuada es muy importante, no ya solo porque le dé un toque u otro al entorno, sino también porque nuestros ojos agradecerán tener un estímulo más estable. No son pocos los que acaban empeorando su visión por culpa de una iluminación inadecuada, y, de hecho, estar en un cuarto demasiado oscuro, demasiado brillante, o simplemente iluminado de manera ineficiente, puede derivar en dolores de cabeza, en vista cansada y en un malestar general.
Saber cómo iluminar una casa de la mejor manera puede cambiar por completo nuestro estado de ánimo, ya que por norma general es el lugar en el que más tiempo pasamos, y poder sentirnos totalmente arropados por la cálida sensación que provoca una iluminación acertada no tiene precio. Se trata sin duda de la mejor manera de exprimir al máximo nuestro bienestar, y de crear un ambiente óptimo tanto para relajarnos en casa como para recibir visitas. En este artículo he conseguido reunir algunas ideas para que te inspires y vayas probando nuevas formas de dar luz a tus habitaciones, porque las posibilidades que tienes ante ti para conseguir una iluminación idónea no son pocas. Échales un vistazo a estos consejos, y te aseguro que mejorarás tu calidad de vida con la máxima sencillez y sin esfuerzo.
A veces damos por sentado que la iluminación solo tiene que ver con lámparas y bombillas, pero nos olvidamos de un elemento indispensable: el sol. La mejor manera de iluminar la casa durante el día es disponer de una gestión de las ventanas más eficiente. Optar por un tipo de cristal que sea aislante nos permitirá sacarle el máximo provecho a la luz de día sin, por ello, tener que subir la calefacción o el aire acondicionado por culpa de la temperatura exterior. Además, siempre es recomendable contar con unas cortinas translúcidas y otras opacas, pero las opacas solo hace falta utilizarlas si necesitamos prescindir de la luz, o por la noche. Podemos utilizar las cortinas translúcidas para permitir que entre toda la luz solar posible, sin por ello exponer nuestro hogar a los vecinos, y es la manera más cómoda de ahorrar luz durante el día.
Por otro lado, la iluminación artificial también puede disponerse de tal manera que incluso por la noche contemos con habitaciones iluminadas de manera equilibrada y eficiente. En este caso, mi principal consejo siempre es recurrir a puntos de luz. La luz del techo resulta práctica para iluminar en un primer momento y poder movernos por la habitación con comodidad, pero se trata de una luz demasiado dura, y el ambiente que genera tiende a ser desagradable. El tipo de sombras que provoca son oscuras y demasiado definidas, y en general crea un ambiente lúgubre, incluso. Los puntos de luz ayudan a crear una sensación de amplitud que hace la habitación más grande, al focalizarla en diferentes lugares. La mejor manera, para mí, es recurrir a tiendas que estén especializadas como LamparaDirecta, encontrar una serie de lámparas de aspecto similar o que combinen entre sí, y distribuirlas por diferentes zonas de la habitación. Se trata de una manera práctica y acogedora de iluminar toda la habitación sin recurrir a una luz tan dura y fría como la del techo, y el ambiente puede cambiar por completo.
Asimismo, lo primordial es conseguir encontrar el equilibrio. No queremos que la habitación sea demasiado oscura, puesto que leer, jugar o ver alguna película con tan poca iluminación puede resultar dañino, pero también puede resultarlo el iluminar de más. No llenes la habitación con luces, encuentra un equilibrio cómodo que te permita visualizar todos los elementos del cuarto sin por ello quedarte ciego por la intensidad lumínica. Ni tanto, ni tan poco. Lo que me lleva a la recomendación de utilizar luces LED. Estas bombillas tienen una vida útil mucho mayor a la luz de las bombillas tradicional, y además son más ecológicas porque suelen ser de bajo consumo, lo que se refleja en un ahorro energético y económico. La luz que aporta suele ser más estable, en tanto que no parpadea, y la mayoría se vende con opciones interesantes como el cambio de color para que puedas dotar de mayor ambientación a la habitación.