Sin duda una de las formas de decoración preferidas por un gran número de personas, sobre todo para hogares en el campo, pero cada vez más también para estilos urbanos y modernos es la decoración rústica. Se trata de un estilo realmente característico que suele recordar a tiempos pasados, pero que con algunas influencias modernas o combinándolo con diferentes tendencias puede resultar ideal para cualquier tipo de hogar. A continuación algunas pautas o consejos interesantes para aplicar este estilo con mucho gusto.
La mayoría de las casas rústicas suelen presentar vigas del techo o partes de madera que suelen aportar ese toque diferente y totalmente rústico al hogar al recordar al campo, a los árboles, a épocas pasadas, a las masías o antiguas casas perdidas en medio del monte. Otra opción realmente interesante es el diseñad directamente toda la casa de madera. Las combinaciones entre vigas de piedra, metal y partes de madera también suelen ser realmente interesantes.
La madera y la piedra son por tanto los elementos que suelen estar más presentes bien sean en el suelo, en las paredes o en los tablones en lo que a decoración rústica se refiere. Si a este tipo de decoración se le suman algunos elementos como originales lámparas, el toque será todavía mucho más rompedor y moderno.
Para lograr un estilo rústico realmente rompedor sin duda se deben combinar los materiales puramente rústicos, que son la madera y la piedra que ya hemos mencionado y añadir diferentes adornos o muebles típicos del campo, como diferentes muebles de madera, distintos ornamentos o herramientas de trabajar y vivir en el campo como azadas o palas, cubos, diferentes tipos de velas e incluso faroles.
Después cabrá añadir elementos modernos, como por ejemplo cristales grandes en las paredes a modo de amplios ventanales, que sin duda destacarán y crearán un contraste fabuloso con la madera y la piedra. Además de combinar lo rústico y lo moderno, el estilo rústico también se puede combinar con otros estilos realmente bonitos que aportarán un toque muy original al hogar. El estilo rústico con el glamour pueden ser una combinación ideal para una casa de campo, y sin duda el combinar una decoración rústica con una industrial ya será mención aparte puesto que el resultado puede llegar a ser ideal.
Y sin duda, uno de los elementos que no puede faltar en una casa decorada al estilo rústico es una chimenea. La chimenea suele ser el punto central alrededor del cual se establece muchas veces la decoración de los salones de estilo rústico. El salón puede estar organizado, por ejemplo, alrededor de una tradicional chimenea elaborada con piedra y ladrillo.
Los sofás, por ejemplo, pueden ubicarse alrededor de la chimenea mientras las luces o diferentes adornos se colocan encima o a los lados de ésta, contribuyendo a crear un ambiente realmente mucho más rústico. Ésta suele ser una de las partes del hogar que más se deben de cuidar si se está preparando una decoración de tipo rústico. Otra idea interesante es la de utilizar la chimenea como elemento básico, por ejemplo, para separar diferentes salones o habitaciones. Esto es interesante puesto que sirve para abrir el espacio, pero que a la vez ambos ambientes (de las dos salas, que pueden por ejemplo ser cocina y comedor), se encuentren perfectamente diferenciados.
En cuando a los colores ideales para una casa de estilo rústico, no existen unas pautas debidamente marcadas, pero realmente suelen ser los tonos marrones, y también los ocres o los que se acercan al mostaza los que más se suelen utilizar, aparecer y combinar con los ambientes más rústicos que se crean con la piedra y con la madera. Pero, como se explica esto es bastante libre pues dependerá del estilo moderno con el que se combine la decoración rústica, puesto que no será lo mismo hacerlo con un estilo clásico que con uno industrial dónde predominarán diferentes tipos de acabados y de colores.
Una buena opción que también se suele utilizar mucho cuando se está creando una decoración rústica es la de elegir dos paletas de tonos diferentes. Por ejemplo se puede tomar una paleta de colores con tonos beige y tonos verdes, más tranquila, relajada y de estilo campestre y combinarla con otra paleta de colores vivos mucho más llamativa que sirva para dar color y crear ambiente, como por ejemplo una paleta con tonos rojizos y anaranjados.