Garantizar la seguridad en nuestros hogares siempre ha supuesto una prioridad. Al fin y al cabo, nuestra casa es el lugar en el que más protegidos debemos sentirnos, en el que guardamos todo aquello que consideramos nuestro, y en el que vive nuestra familia. Es muy importante contar con una cerradura de calidad que pueda asegurarnos de que nadie podrá entrar si nosotros no lo decidimos, y hoy en día la tecnología ha avanzado lo suficiente como para ofrecernos opciones que nunca antes nos habíamos planteado. Además de cerraduras modernizadas, que incorporan un mecanismo determinado que se aleja de las tradicionales, a día de hoy también es fácil dar con mirillas digitales conectadas a una pantalla y programadas para hacer fotografías de todo aquel que toca el timbre. Se trata de una medida de seguridad que no todo el mundo tiene en cuenta, pero que puede resultar extraordinariamente práctica, especialmente si nos vamos de vacaciones y tememos que alguien vaya a intentar algo.
No obstante, no cabe duda de que la mejor manera de proteger nuestra casa es haciéndonos con una cerradura resistente, de calidad e incluso intrincada, si es necesario. A fin de cuentas, las mirillas digitales pueden ayudarnos a identificar al intruso, pero no pueden evitar que llegue a entrar, que es precisamente lo que nosotros buscamos. Si has llegado hasta aquí es probable que te estés planteando hacerte con una cerradura electrónica sin llave, pero que todavía no lo tengas muy claro porque resulta una alternativa polémica. En este artículo encontrarás toda la información que necesitas tener en cuenta antes de comprar una cerradura electrónica sin llave, ya que he preparado una lista con las mayores ventajas y desventajas que ofrece este producto. Desde mi punto de vista, se trata de una opción que merece la pena, pero dependiendo de cada uno y de sus circunstancias se tratará de una elección acertada o no.
Una cerradura electrónica es un tipo de cerradura que funciona mediante una solución digital. Esto es, se aleja por completo de la idea de cerradura tradicional, en la que sencillamente usas una llave para manipular un mecanismo y consigues acceder al interior. Se caracterizan porque no precisan de llaves físicas, aunque existen dos modalidades dentro de esta categoría: las que utilizan una contraseña o código para abrirse, y las que recurren a la huella digital.
Entre las múltiples ventajas que encontramos, vemos que se trata de una opción mucho más segura. No corres el riesgo de perder las llaves, hecho que en sí mismo ya supone una ventaja, y son muy difíciles de forzar porque no tienen ningún mecanismo físico que manipular. Se trata de una cerradura que depende exclusivamente de un sistema informático que capta tus datos y los utiliza para dar o no acceso. Nadie puede entrar si no tiene tu huella digital o la de aquellos a quienes has autorizado, y si necesitas que entre alguien durante un período de tiempo en el que no vas a estar, siempre puedes darle el código y cambiarlo a posteriori. Lo que me lleva a la importancia de cambiar el código cada cierto tiempo, puesto que esto depende de nosotros e incrementa notoriamente la eficacia de una cerradura electrónica. Este es un consejo que nos han dado desde este portal especializado en cerrajería, pues siempre es mejor incrementar la seguridad al máximo si está en nuestra mano.
Se pueden implementar en todo tipo de puertas, independientemente de su grosor. Algunas de las cerraduras tradicionales no son aptas par puertas demasiado finas o para puertas demasiado gruesas, por lo que el hecho de que las cerraduras electrónicas sean aptas para cualquier clase las hace versátiles y prácticas, sin tener que preocuparse por la adaptabilidad. Por otro lado, al ser digitales, muchos modelos incorporan una opción que te permite grabar o fotografiar a las personas que tocan al timbre o a las que insertan un código incorrecto. Se trata de otra medida de seguridad, esta vez previsora, y puede serte muy útil si tienes la sospecha de que hay alguien vigilando tu casa a expensas de que te vayas de vacaciones.
Es una innovación tecnológica útil y perfeccionada, pero, como todo en esta vida, tiene una serie de desventajas que debemos tener en cuenta antes de decantarnos por ella. Al tratarse de una cerradura diferente y más compleja, el precio es más elevado. Además, depende enteramente de un sistema electrónico que puede fallar dependiendo de la alimentación que reciba, y eso puede perjudicarnos puntualmente. Por ejemplo, si hay un corte de luz o la batería ha tenido algún fallo, es probable que nos quedemos fuera de casa hasta que se arregle. También es un sistema más susceptible a fallos electrónicos que no podemos controlar, y aunque esto sucederá las menos de las veces hemos tener en cuenta que puede ocurrir.