Cómo alquilar un piso: requisitos y consejos a tener en cuenta

Analizando el mercado de alquiler en España, nos damos cuenta de que la demanda es mucho más fuerte que la demanda. Eso quiere decir que alquilar un piso suele ser fácil por regla general. Eso sí, no siempre lo es. Por ese motivo, con la ayuda de nuestros expertos pasamos a mostrarte un listado de requisitos y consejos que deberías tener en cuenta. Así el proceso de alquiler te resultará más fácil. 

Requisitos para alquilar un piso

En España, los propietarios que deseen alquilar un inmueble deben cumplir con ciertos requisitos legales y administrativos para asegurar que el contrato sea válido y que ambas partes respeten sus derechos y obligaciones.

Uno de los aspectos fundamentales es el registro del contrato de alquiler. Aunque no es obligatorio, se recomienda registrar el contrato ante un registro público. Esto ayuda a proteger tanto al propietario como al inquilino y puede ser útil en caso de desacuerdos o conflictos legales.

Otro requisito esencial es obtener el certificado energético de la vivienda que se va a alquilar. Este certificado informa sobre la eficiencia energética del inmueble y su impacto ambiental. El propietario debe obtenerlo antes de firmar el contrato y debe incluirlo en la oferta de alquiler, ya que es un documento obligatorio.

En cuanto a las garantías del alquiler, los propietarios buscan asegurar el cumplimiento de las obligaciones de pago por parte de los inquilinos. La fianza es un requisito legal, siendo equivalente a un mes de alquiler en viviendas arrendadas por más de cinco años. Esta debe ser depositada en un organismo autonómico y se devolverá al inquilino al finalizar el contrato, siempre que no haya daños en la propiedad. Además, algunos propietarios optan por exigir avales personales o contratar seguros de alquiler para cubrir posibles impagos o daños.

El contrato de alquiler debe ser un acuerdo claro entre el propietario y el inquilino, en el que se especifiquen condiciones como la duración, el importe de la renta, las condiciones de pago y las responsabilidades de mantenimiento. Este contrato debe ser por escrito y firmado por ambas partes para ser válido.

Finalmente, es necesario cumplir con la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que regula las relaciones entre arrendadores e inquilinos en España. Esta ley establece los derechos y obligaciones de ambas partes, incluyendo la duración mínima del contrato, las actualizaciones anuales de la renta y la posibilidad de rescindir el contrato antes de tiempo. Es importante que tanto el propietario como el inquilino respeten estas normativas.

Consejos al alquilar un piso

Ahora vamos a mostrarte un listado de consejos para que el alquiler sea seguro y en consecuencia puedas disfrutar de una buena experiencia.

Alquiler garantizado

Contratar el alquiler garantizado siempre te ayudará a tener la seguridad que buscas para tu vivienda. Este producto lo podrás contratar a través de SEAG y disfrutarás de una gran cantidad de coberturas. Sin lugar a dudas es mejor que un seguro de alquiler.

Entre las ventajas del alquiler garantizado podemos ver que los cobros mensuales estarán asegurados. A eso hay que añadir otras coberturas como los gastos jurídicos cubiertos, daños por actos de vandalismo o la defensa jurídica contra la okupación. 

La contratación es realmente sencilla a través de la web de SEAG. Pero si quieres, también puedes visitar una de sus oficinas. En https://www.seag.es/oficinas-mas-cerca-seguro-alquiler/ podrás encontrar todas las oficinas repartidas por el país, solo deberás elegir la que más cerca te caiga. Así recibirás una atención personalizada y podrás comprobar que realmente es una opción que encaja con lo que necesitas. 

Precio competitivo

A pesar de que la demanda es mucho más alta que la oferta, eso no significa que puedas pedir un precio desorbitado por el alquiler. Siempre tendrás que poner un precio ajustado al mercado para que los inquilinos puedan tener interés en la vivienda.

A la hora de elegir un precio, no solo hay que tener en cuenta el mercado local, también hay que ser flexible, sobre todo si la demanda está por debajo de lo esperado. Un ajuste de precio adecuado hará que la vivienda sea habitada con rapidez y en consecuencia las ganancias comiencen a crearse con más rapidez.

Selección de inquilinos

Elegir un buen inquilino es fundamental para el éxito del alquiler. Un inquilino responsable asegura que el inmueble se mantendrá en buen estado y que los pagos se realizarán a tiempo. Para verificar la fiabilidad del inquilino, es necesario realizar ciertas comprobaciones previas.

La primera es la verificación de solvencia económica. Es importante que el inquilino presente documentación que demuestre su capacidad de pago, como nóminas o declaraciones de la renta.

También es esencial solicitar referencias de arrendadores anteriores. Hablar con los propietarios previos proporciona información sobre el comportamiento del inquilino. Un informe de antecedentes penales o de impagos es útil para confirmar su responsabilidad.

Finalmente, el contrato de alquiler debe ser claro y detallado. Especifica la duración del arrendamiento, el monto de la renta, la forma de pago, las subidas de alquiler y los gastos adicionales, como los suministros, para que ambas partes tengan expectativas claras.

Mantenimiento de la vivienda

El propietario tiene la responsabilidad de mantener el inmueble en condiciones habitables, lo que incluye tanto el mantenimiento preventivo como la reparación de averías. Asegurarse de que la vivienda esté en buen estado antes de entregarla al inquilino es fundamental.

Realizar inspecciones periódicas ayuda a garantizar que el piso se mantenga en condiciones óptimas. Estas deben hacerse con el consentimiento del inquilino y sin ser demasiado frecuentes para respetar su privacidad.

El propietario debe encargarse de las reparaciones estructurales y los elementos comunes, mientras que el inquilino es responsable de las instalaciones que utiliza.

Fiscalidad 

Al alquilar un piso, el propietario debe cumplir con sus obligaciones fiscales, declarando los ingresos obtenidos ante la Agencia Tributaria. Estos ingresos están sujetos a tributación en la declaración de la renta.

Los propietarios pueden aplicar deducciones fiscales, como la amortización del inmueble y los gastos de mantenimiento. Si el propietario es una persona física, los ingresos se tributan en el IRPF, mientras que, si es una empresa, se declaran en el Impuesto sobre Sociedades. También pueden existir impuestos adicionales según la comunidad autónoma.